Un poderoso terremoto de magnitud 7,6 sacudió la isla de Mindanao, en Filipinas, a las 22:30 hora local del sábado. El sismo, de una profundidad de 32,8 kilómetros, generó una alerta de tsunami que obligó a los habitantes de las comunidades costeras de Surigao del Sur y Davao Oriental a evacuar hacia terrenos más elevados o adentrarse en el interior.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología y la Agencia Meteorológica de Japón emitieron alertas de tsunami tras el terremoto. Se esperaban olas de hasta tres metros en Filipinas y de 0,3 a 1 metro por encima del nivel de marea en áreas de Palau. Horas más tarde, la alerta de tsunami cesó.
Riesgo de Licuefacción y Réplicas
El USGS identificó un riesgo de licuefacción en la zona afectada por el terremoto. Este fenómeno puede debilitar la estructura del suelo, aumentando el riesgo para las edificaciones y estructuras. Las lluvias recientes en la región han elevado este riesgo.
Se han registrado al menos 13 réplicas de magnitud 2,5 o superior en la región desde el sismo inicial. La réplica más grande hasta el momento fue de magnitud 6,4, con una profundidad de 64,3 kilómetros y ubicada al noreste de Barcelona, en Filipinas.
Impacto en Filipinas y la Región
El terremoto se produjo a las 22:37 hora local y obligó a la Agencia Meteorológica de Japón a emitir una alerta de tsunami para su costa occidental. Las autoridades pidieron evacuaciones inmediatas y advertencias sobre posibles olas destructivas en Filipinas y otras áreas.
A pesar de la magnitud del terremoto, no se han reportado víctimas ni daños significativos hasta el momento. Equipos de respuesta están en alerta para actuar ante posibles emergencias.
Este sismo reaviva la preocupación por la seguridad en zonas costeras y subraya la necesidad de preparación para desastres naturales en la región.
Nota: La información está sujeta a cambios a medida que se desarrolla la situación.