Ciudad del Vaticano (EFE). – El papa Francisco lanzó un enérgico llamado este domingo, exhortando a la comunidad internacional a no olvidar la crítica situación que atraviesa Haití y a comprometerse activamente en la construcción de paz y reconciliación en el país caribeño. Al finalizar el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el pontífice mostró su profunda preocupación por la violencia y los desplazamientos que continúan afectando al pueblo haitiano.
"Estoy siguiendo de cerca la dramática situación en Haití, donde la violencia sigue azotando a la población, obligando a miles a abandonar sus hogares en busca de seguridad, tanto dentro como fuera del país", afirmó Francisco ante los fieles reunidos.
En su mensaje, el papa pidió no desentenderse del sufrimiento de los haitianos y urgió a que "nunca olvidemos a nuestros hermanos y hermanas de Haití". Asimismo, rogó a todos a unirse en oración para que "cese toda forma de violencia", mientras instaba a la comunidad internacional a "seguir trabajando para construir la paz y la reconciliación en Haití, defendiendo siempre la dignidad y los derechos de todos".
El llamado del papa llega en un momento crítico para el país, que recientemente ha sido testigo de más actos de violencia extrema. El viernes pasado, al menos dos personas murieron en un ataque perpetrado por bandas armadas en Arcahaie, apenas una semana después de que más de un centenar de personas perdieran la vida en una masacre en Pont Sondé.
Por su parte, el presidente de Kenia, William Ruto, anunció recientemente que se desplegarán otros 600 policías de su país en Haití como parte de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS), que busca restablecer el orden en la nación caribeña. Con este refuerzo, la misión contará con más de 900 agentes sobre el terreno, en un esfuerzo respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que extendió su mandato hasta octubre de 2025.
Concluyendo su intervención, el papa Francisco hizo un llamado final a la solidaridad global, pidiendo a los países del mundo a no mirar hacia otro lado y a involucrarse con urgencia en la reconstrucción de Haití, para garantizar un futuro digno y en paz para todos sus habitantes.